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160. Sabina Sepúlveda, Irma

Novelista, dramaturga y cuentista.

(1935 - 1988)

Irma Sabina Sepúlveda González fue una líder en el ámbito literario en Nuevo León, por sus aportes a la narrativa, la dramaturgia y el periodismo. Nació en San Isidro del Potrero, Nuevo León, el 28 de marzo de 1935, hija de José Sepúlveda Gutiérrez y Josefa González Santoscoy, dueños de la Hacienda de El Potrero, quienes, tras la reforma agraria y el reparto de tierras, debieron mudarse paulatinamente a Monterrey. Tras establecerse, se dedicó a estudiar piano y contaduría en la Academia Mercantil de Monterrey.

Mi historia

En 1961, dejó su trabajó en el Banco Mercantil de Monterrey para dedicarse al teatro. Tras un periodo como contadora, prefirió alejarse de la vida laboral para retomar sus estudios en piano. Sin embargo, su pasión por la lectura la llevó a ingresar a diversos talleres literarios en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Así, conoció a los escritores Pedro Reyes Velázquez, Jorge Ibargüengoitia y Emilio Carballido, quienes la encaminaron a la dramaturgia.

En 1962, sus escritos cobraron fuerza al obtener el primer lugar en el Concurso Latinoamericano del Cuento, convocado por la Revista HOY, con el cuento “El pajarito triste”. Ese año, también recibió el reconocimiento “Flor Natural” en los IX Juegos Flores del estado de San Luis Potosí con el cuento “Agua de las verdes matas”. Con estas experiencias, se estableció en Ciudad de México, con el objetivo de encontrar mejores espacios para desarrollar su escritura.

Así, en 1964, ingresó al Centro Mexicano de Escritores, siendo la primera mujer regiomontana en formar parte de esta institución. A través de sus talleres, recibió la tutoría de Juan Rulfo y Juan José Arreola, escritores reconocidos por su labor en la narrativa mexicana contemporánea. Sus participaciones en conferencias, por otro lado, le permitió acercarse a los críticos literarios, con quienes desarrolló una buena relación por su disciplina y perfeccionismo en cada uno de sus trabajos.

A su regreso a Monterrey, se dedicó a la docencia y el periodismo local. Impartió clases a jóvenes interesados en la lectura y escritura de la Preparatoria No. 2, de la entonces Universidad de Nuevo León. Colaboró para la revista “Vida Universitaria”, editada por la universidad, y con los periódicos “El Norte”, “El Porvenir” y “Tribuna”. Siguió escribiendo, pues algunos de sus cuentos aparecieron en el suplemento cultural “México en la Cultura”, de Ciudad de México.

La crítica regional, por su parte, no logró apreciar su obra, en parte debido a su “predilección por los marginados”. Por ello, se han realizado pocos estudios y revisiones sobre su obra. Además de sus obras de teatro, destacan Agua de las verdes matas (1963), Los cañones de Pancho Villa (1968) y El agiotista (1974). Irma Sabinas Sepúlveda se recluyó en su casa de Villaldama hasta su muerte, el 24 de marzo de 1988, a sus 53 años de edad.

En años recientes, sin embargo, su obra ha sido reconocida por plasmar la “mágica idiosincrasia del campo norestense” y capturar el alma del noreste mexicano. En 1997, la Asociación Estatal de Cronistas de Nuevo León le entregó, a manera post mortem, la Medalla al Mérito Histórico. Asimismo, investigadores y escritores han rescatado parte de su obra a través de antologías y compilaciones para el Consejo de la Cultura y las Artes de Nuevo León, la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad Metropolitana de Monterrey.

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