162. Sada Muguerza, Francisco G.
Empresario.
(1856 - 1945)
Francisco de Paula G. Sada Muguerza fue un líder empresarial de Nuevo León. Miembro fundador de la Cervecería Cuauhtémoc, destacó por el gran crecimiento de la empresa durante sus primeros años. Junto a su hijo Luis G. Sada creó la Sociedad de Ahorros e Inversiones para los Empleados y Operarios de la Cervecería Cuauhtémoc, actualmente la Sociedad Cuauhtémoc y FAMOSA (SCyF).
Mi historia
Perteneciente a la generación de una época decisiva en la configuración del Monterrey industrial y moderno, Francisco de Paula G. Sada Muguerza vio su primera luz en Monterrey, Nuevo León, el día 12 de diciembre de 1856. Sus padres Doña Carmen Muguerza y el Licenciado Francisco Sada Gómez, prominentes personas de la sociedad regiomontana, le inculcaron desde muy pequeño el amor por las buenas costumbres, así como por las actividades comerciales y empresariales, de las cuales, con el paso de los años, se convertiría en uno de sus máximos exponentes.
Su primera experiencia en el ramo mercantil la tuvo en la Casa Importadora de Francisco Armendaiz, ubicada en Matamoros, Tamaulipas, a la que ingresó como empleado a la escasa edad de 17 años. Su gran capacidad para el manejo administrativo de este negocio, “que cubría el embarque del mayor número de mercancías que abastecían el Norte de México”, le valió ser nombrado responsable del departamento de aduana, cargo que ejerció por dos años.
Hacia 1878 y ya desligado de la anterior asociación, Don Francisco recibió una oferta de la firma J. González Treviño para colaborar en un proyecto agropecuario en la región de la Comarca Lagunera, misma que aceptó por un corto tiempo debido a sus deseos de independencia laboral. En 1880 decidió finalmente establecerse por su cuenta en la ciudad de Saltillo, Coahuila, en la que inauguró una casa comercial que administró con éxito durante diez años y mediante la cual establecería sólidas relaciones con otros negocios similares en estados vecinos, como la Casa Calderón de Monterrey.
Algunos años después el padre de Don Francisco, el Lic. Sada Gómez, se unió al proyecto de establecer una cervecería en la Sultana del Norte, encabezado por José Calderón Penilla (dueño de la Casa Calderón ya referida) y el cervecero norteamericano de origen alemán, Joseph Maria Schnaider. La muerte del Don José Calderón, en 1889, no desanimó a Schnaider y a los otros involucrados en la iniciativa, quienes el 8 de diciembre de 1890 firmaron el acta constitutiva de la Fábrica de Hielo y Cerveza Cuauhtémoc, S.A. En este documento quedó asentado que Don Francisco Sada Gómez asumiría el puesto de comisario de la junta directiva, además de ser poseedor de 21 de las 150 acciones en que se dividían los activos de la naciente empresa.
En 1891 Don Francisco G. Sada se afilió a la empresa como accionista y al momento de fallecer su padre en 1893, ocupó el cargo de comisario del consejo directivo. Gracias a sus probadas cualidades en estos primeros años de operación de la cervecería, el 1º de septiembre de 1894 el consejo lo nombró gerente general de la fábrica por un espacio de cinco años y cuatro meses, percibiendo un suelo de tres mil pesos anuales y el 5% de las utilidades líquidas generadas en la operación de la cervecería.
Ya como gerente general, cargo que abandonaría hasta su jubilación de la compañía en 1938, Don Francisco cimentó el gran crecimiento que la Cervecería Cuauhtémoc experimentaría en las siguientes décadas en términos de producción, mano de obra, infraestructura, innovación e incluso, adelantándose al Estado Mexicano, políticas de responsabilidad social dirigidas a colaboradores de la compañía y la comunidad. Vales para servicio médico gratuito, facilidades en la adquisición de viviendas para los trabajadores y donativos monetarios orientados al mejoramiento de las rudimentarias calles de Monterrey, son sólo algunos ejemplos de lo ya mencionado.
Mención especial merece el proyecto educativo dirigido a los trabajadores y sus familias encabezado por Don Francisco G. Sada y la directiva, cristalizado en 1911 con la fundación de la Escuela Politécnica Cuauhtémoc en terrenos adyacentes a la compañía. La necesidad de tener mano de obra mexicana calificada a fin de no depender de empleados extranjeros y la responsabilidad social antes sus colaboradores, fueron los dos grandes móviles de Cervecería Cuauhtémoc al establecer una institución de este corte. La escuela brindó educación primaria, secundaria y técnica a los trabajadores y sus familias de forma completamente gratuita; actualmente su esencia sigue vigente a través de los colegios que integran el Centro Escolar Cuauhtémoc A.C. (CECAC).
Los primeros veinte años al frente de la Cervecería habían sido inmejorables para Don Francisco: las operaciones, la mano de obra, la infraestructura de la compañía y las ventas se habían incrementado de manera prodigiosa; los reconocimientos nacionales e internaciones a las marcas de cerveza seguían llegando y la influencia de la compañía tanto dentro como fuera de Nuevo León se afianzaba. Sin embargo, el bienio 1913 – 1914 fue especialmente negativo para la negociación, pues los vientos de la Revolución Mexicana que hasta ese momento no habían hecho acto de presencia en Monterrey, finalmente llegaron.
Tras un intento fallido de controlar la ciudad en octubre de 1913, los carrancistas finalmente se impusieron al ejército federal y tomaron la plaza el 24 de abril de 1914. Urgidos de dinero, los revolucionarios procedieron a solicitar “préstamos” a las familias acaudaladas de Monterrey y hacerse de las operaciones de negocios que fueran redituables para la causa constitucionalista, entre ellas la Cervecería Cuauhtémoc. Bajo el pretexto de que los directivos de la compañía se hallaban en buenos términos con el gobierno de Victoriano Huerta, se ordenó su incautación, la cual duraría poco menos de 8 meses y en los que Cervecería Cuauhtémoc perdería millones de litros de cerveza y casi tres millones de pesos por concepto de “multas” o “impuestos”.
La recuperación de la compañía no fue fácil y Don Francisco G. Sada, como gerente de la misma, no tuvo que más que afrontar las difíciles negociaciones con el carrancismo. Finalmente y a través de dos de sus colaboradores más importantes, Pablo Salas y López y Gustavo Jiménez, se logró que el 7 de diciembre de 1914 la directiva recuperara el control de su legítimo negocio. Meses después, Luis G. Sada García (hijo de Don Francisco) regresó de los Estados Unidos, a donde la mayoría de los accionistas huyeron ante la inseguridad en México, y echó a andar a una cervecería prácticamente en la ruina económica, pero que a partir de ese momento comenzaría un crecimiento que ya no se detendría, ni siquiera durante las enésimas crisis económicas que el país tuvo durante el siglo XX.
Otra gran obra encabezada por Don Francisco y su hijo Luis fue el establecimiento de la Sociedad de Ahorros e Inversiones para los Empleados y Operarios de la Cervecería Cuauhtémoc, actualmente la Sociedad Cuauhtémoc y FAMOSA (SCyF). Desde su fundación en 1918, la SCyF ha tenido como propósito central el beneficio de sus afiliados mediante un amplio esquema de prestaciones y servicios, entre los cuales destacan: el acceso al servicio médico, facilidades para la adquisición de vivienda, fondo de ahorro, seguro de vida, programas culturales y educativos, entre otros. Esta iniciativa propuesta por Don Francisco G. Sada y su hijo hoy es una realidad consolidada, teniendo la institución diversas sucursales en las entidades de México en que la compañía tiene operaciones.
Después de una larga vida laboral fructífera y multifacética de más de 44 años, Don Francisco se retiró de la Cervecería Cuauhtémoc en 1938, sentando sólidas bases para la consolidación de lo que actualmente son FEMSA y Cuauhtémoc Moctezuma, además de haber participado activamente en la expansión de instituciones como el Banco Mercantil y Vidriera Monterrey. Francisco G. Sada hizo su postrer viaje el 31 de marzo de 1945, a los 88 años de edad.